martes, abril 22, 2008

Fragmentos de algunas conversaciones magnetofónicas entre á+ y NT. Historia musical. Parte II

Para Jorge de la O, por su interés en el tema
Todos los nombres que dije se refieren a la música que escuchaba, por así decirlo, de manera indirecta; sin embargo, hubo otros cantantes, o sus canciones, no sé bien, que me impresionaron mucho, tal vez demasiado y a quienes traté de seguirles la pista, vía una revista que se llamaba Notitas musicales y a la que esperaba devotamente cada que salía (no recuerdo si era quincenal o mensual).
Entre los recuerdos más remotos está Jeanette, por ejemplo. Una inglesa que me parecía muy guapa y que cantaba con una voz parecida a la de Topo Gigio, personaje que tal vez algunos recuerden y que para mí era una mezcla muy extraña entre atracción y repulsión. Su voz me daba grima, pero me gustaba estarlo viendo y, cuando terminaba el programa, show de lágrimas, porque era un lloradero que seguramente fastidió más de una vez a mis padres. Pero, volvamos con Jeanette. La primera canción que recuerdo de ella es “Porque te vas”, una canción de despedida... pero la forma como ella la cantaba, con su voz y su ausencia casi total de movimiento escénico. Nunca tuve su disco, porque mis padres no me lo quisieron comprar, con eso de que lloraba cada que la oía... Ya luego, oyendo cosas de Cecilia, de Le Mans, de La buena vida, Single... vamos, que no pueden negar que surgen de Jeanette... y de Vainica Doble.
Tiempo después llegó José Luis Perales, el compositor de mi canción favorita de Jeanette y ahí estoy yo, casi casi como fan de Perales. Otra vez, mis padres: “¿Pero cómo te gustan esas canciones tan tristes? ¿Te sientes bien?” Una de las que más me gustaban era “Ella y él”, un dramón de silente resignación femenina ante las infidelidades de su pareja, muy a lo Mocedades con “Tómame o déjame”.
Otros de aquella época son Sergio y Estíbaliz, que viajaban de la ñoñería de canciones como “Búscame” a dramas sociales como “La Amelia”, que cuenta la dramática historia de una mujer, madre soltera que, con tal de poder darle casa, vestido y sustento a su hijito, cual ordena la Divina Providencia, se ve en la forzosa necesidad de prostituirse y todavía tiene tiempo para pensar: “Dios me perdone... todo por el chaval”.
¿Y qué se puede decir de Mocedades? Igual y de toda esa época son los que no necesitan que se diga nada de ellos.
Y no todo iba por lo triste ahí... o no tan triste, que luego está también la fascinación por Rafaella Carrá que ella sí, fue algo así como la locura, porque me parecía, y creo que me sigue pareciendo, una artista muy total, casi como un antecedente muy directo de Madonna.
Creo que, incluso a estas alturas, pocas se pueden mostrar tan versátiles como ella: canta, baila, actúa, conduce programas y habla varios idiomas y su espectáculo, que nunca vimos en México en vivo, era una maravilla.
Fue una época en la que surgieron muchos y muchas baladistas, ya como eco de lo que fueron la balada italiana y la francesa. La verdad, no recuerdo nombres así como muy en concreto, sino, más bien, algunos títulos de canciones que tal vez no venga al caso nombrar.
Como corolario para aquel periodo hay que nombrar a alguna gente más: Abba, Daniela Romo, Cyndi Lauper y Madonna.
Según recuerdo, Abba fueron un hitazo a nivel mundial y hasta grabaron en español (en casa de mis padres debe andar la versión en español de “Chiquitita” y de “I have a dream”; con la primera, nos poníamos a llorar, porque nos recordaba a una prima que por ese tiempo falleció dramática e inesperadamente) y luego, los Menudo hicieron algunas versiones de Abba. No, de Menudo no voy a decir nada. Total, los Abba me han acompañado buena parte de mi vida
Daniela Romo fue algo así como lo que sentía por Rafaella Carrá, con el añadido de que Vannia la aborrecía y yo, para corresponder, odiaba a Amanda Miguel. Con los años, los papeles se invirtieron... Pero Daniela Romo, en mi opinión, es de las más valiosas en la lista. Muy total la mujer: compone, canta, baila, actúa, conduce, entrevista, habla varios idiomas, tiene las piernas delgadas y cachondeaba muy bien con Juan José Arreola (lástima que cuando pude hablar con Arreola mi acompañante no me dejó que le preguntara ESO) y tan fan suyo era, que tengo por ahí un single con las versiones en italiano de “Mentiras” y de “La ocasión para amarnos”.
De Cyndi Lauper y Madonna, sin embargo, preferiría comentarlo después. En este periodo, si ves bien, no hay nada en inglés, o sea, por cuenta propia, y eso tiene que ver con que en ese entonces no sabía inglés y yo no le veía caso a estar escuchando canciones de las que no sabía ni qué onda. Ellas dos fueron como mis maestras de primeras letras en cuanto al inglés se refiere. Ahí estaba yo, diccionario en mano, viendo las letras de sus canciones y, ahora sí, oh-my-dog!, She’s so Unusual y Like a Virgin amadrinan mi adolescencia...
Esta vez puse links en algunos de los nombres, para el youtube y que se tenga una idea de lo que hablo.

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