martes, julio 01, 2008

De "Sólo el humo permanece"

Conformada por los cuatro elementos (que lejos de coexistir pacífica y armoniosamente, se hallaban en pugna constante), Mariana deambulaba por la vida. No había necesidad de nada más que tenerla cerca para percibir este fenómeno. Era ésta la misma razón por la cual poca gente soportaba mirarla directamente a los ojos, Ángel y Morbo entre otros cuantos.
Sin embargo, y por si esto fuera poco, las conjunciones astrales que coincidieron con la concepción y con el alumbramiento de Mariana, decretaron para ella un destino que, dependiendo de la perspectiva, oscilaba entre dos puntos tan opuestos como la atracción y el rechazo: Mariana pertenecía a esa escasa clase de seres de quienes, una vez manifiesta su presencia, nunca se les olvida, aunque esa presencia fuera tan fugaz como la chispa del principio porque, desgraciadamente, nunca se quedaban en ningún sitio ni con ninguna persona.
Por todo esto, cuando Ángel le pidió un aquí a Mariana, en su cuerpo suyo y en sus circunstancias, nunca supo lo que estaba haciendo... ni en lo que se estaba metiendo.
¿Lo Sabía Mariana?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Decididamente Lindo. Lindo.
Lady Fear

Pável dijo...

Pues sí, hay gente que no se olvida, pero que tampoco se queda.

¿Pero no el recuerdo es una forma de hacer residencia?