jueves, mayo 28, 2009

La pequeña edad de hielo II

Hace tanto que olvidé
si pienso en lo que siento
o siento lo que pienso.
Hielo que no va a durar,
fugaz, perecedero.

Puede que lo intente ocultar,
ni siento ni padezco,
frío sin consuelo.
Sensación que debo borrar,
cambiar.

Los glaciares helados almacenan pecados
y sueños que quedaron atrás.
Una pequeña edad de hielo
no es un mal verdadero
sabiendo que ya llega el final
de esta relación glacial.

Por miedo me negué a vencer.
Se impuso la tristeza,
tu reacción opuesta
fue un evento accidental,
no hay resentimiento.

Un calentamiento global
de efecto invernadero
fundirá el recelo.
Ocasión para dialogar.
Pactar.

Los amantes helados almacenan pecados,
secretos que conviene contar.
Una pequeña edad de hielo
es un mal pasajero
sabiendo que la hoguera arderá
en este invierno polar.

Y si es estar por estar mejor lo dejamos ya.
Después de tanto desdén habrá que reconocer
que el sol no va a calentar la indiferencia total,
la nieve del corazón.
Si no es estar por estar habrá que descongelar,
cambiar el desinterés, distorsionar la altivez.
En esta era glacial el plan de la tempestad
impuso por omisión la ley de la decepción.

La última decepción…
Si no es estar por estar…
Y si es estar por estar…
Si no es estar por estar…
Y si es estar por estar…
Si no es estar por estar…..

(O. Gara / I. Canut / J. García Ferrer)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Labios escarchados por el hielo.
Corazón seco y oscuro.
¿A dónde, a dónde irán?
Sí los vientos gélidos no tienen ni prinicipio ni fin.
Ni los latidos, ni las lágrimas, ni los más ínfimos de los agotados mantos candentes de mi ser, tan siquiera lograran, al menos sonrojar tu herida.