domingo, diciembre 10, 2006

crótalo, crótalo, crótalo (notas a "criticar por criticar", de fangoria)

Para Paloma, que fue quien se fijó en eso de las castañuelas

1. La serpiente de cascabel pertenece a una subfamilia de los vipéridos y es oriunda del continente americano. Se trata de una víbora sumamente temperamental que, además de su veneno vil, veneno mortal, es reconocida por los anillos que tiene en la cola, con los cuales emite un sonido no tanto de cascabel como de castañuela y, por esta misma razón, es por la cual se les conoce también como crótalos.
2. El término crótalo admite otra acepción: es un sinónimo de castañuela. En este rubro, existe, el crotalismo, que consiste en trasladar el sonido de las castañuelas al nivel del arte, cuando son mezcladas con la danza y la música, como lo hace la mejor crotalista del mundo, Sonia Amelio. Lorca tiene un “Crótalo” que se refiere al arte de las castañuelas (si le quitamos las vocales, se puede escuchar que es una palabra cuasi onomoatopéyica):

Crótalo.
Crótalo.
Crótalo.
Escarabajo sonoro.

En la araña
de la mano
rizas el aire
cálido,
y te ahogas en tu trino
de palo.

Crótalo.
Crótalo.
Crótalo.
Escarabajo sonoro.

3. Para lo que me interesa, la teoría asociacionista de la percepción permite unir el sonido de las castañuelas con las venenosas víboras de cascabel. En “criticar por criticar”, de Fangoria, aparece intermitentemente el sonido de unas castañuelas, relacionado, creo, con el veneno de los malos comentarios, de las críticas. Además de la presencia de los crótalos, “criticar por criticar” remite también a uno de los productos mejor logrados del pop hispánico, “tazas de té”, mediante el empleo de un loop que, por el contenido de ésta última, hace reconsiderar el sentido irónico de la canción de Fangoria.
“Tazas de té” es una pieza en la que el intérprete, [San] Carlos Berlanga, comienza por declarar, con ese estilo tan suyo: “Eres como un sinapismo, / como un calendario, / como el hilo negro... / y yo también, y yo también”. Esta (auto) percepción de desagrado se sintetiza en el estribillo: “Somos como dos cuchillos, / como un par de hachas, / como cucarachas en el fondo de tazas de té... o de café. / ¡Qué pena! ¡Qué pena...! / ¡Qué pena que no lo ves!”.
Si ya había comentado que “criticar por criticar” es una ironía de Alaska y Nacho Canut hacia quienes critican que sea tan críticos como criticones, las castañuelas de la canción, junto con el loop berlanguiano (entre varios otros recursos), no hacen sino reforzar el sentido irónico de la canción fangoriana, confirmando aquello de “Para perras, lobas”. Y es que me gustaría saber quién no ha sido víctima de la lengua de Nacho... o de Alaska; ni siquiera Carlos se llegó a salvar de ellas, y esto ya es decir... Ni Alaska de Nacho... Ni Nacho de Alaska...

P.S.: El video de la canción es otra historia... eso de haberlo rodado en el Spartacus del DF no tiene nombre...

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