miércoles, enero 24, 2007
De "Sólo el humo permanece"
Y una vez que, debido a la febril actividad manual de Mariana, Ángel se convirtió momentáneamente en crema de estrellas, en lo que él recuperaba el aliento, ella examinaba el líquido humor proveniente del cuerpo de su amigo. “Ahora te tengo en mis manos”, fueron las palabras de Mariana, antes de proceder a ingerirlo.
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