sábado, mayo 12, 2007

Una explicación (seguramente innecesaria)

Existe algo llamado writer’s block, que consiste en algo así como la relación inversamente proporcional que existe entre la urgencia de entregar un texto y la imposibilidad de sentarse a escribirlo. Sin pretender auto-calificarme como un writer, es el mal que me ha aquejado durante las últimas semanas: no es sólo el güeblog, sino los mails, la novela Sólo el humo permanece, las conversaciones de chat y hasta la tesis. Y como canta Jone Gabarain (Le Mans) en “Perezosa y tonta”: “No es desilusión ni siquiera es malestar. Algo que no sé describir”, porque es algo que sólo pasa con la escritura y, en parte, con la lectura: no me puedo concentrar del todo y luego siento como si en mi cabeza hubiera algo como un horno de micro ondas puesto a funcionar.
A cambio, he desarrollado un gusto todavía mayor por la conversación, sea personal o telefónica (y Toño, Vanessa, Emilio y Gusi... Vannia y mi madre, Yudis y Sergio, Maripili y Adrián no me dejarán mentir al respecto... ni la compañía telefónica, que sin duda se alegrará ante lo elevado del recibo del mes), junto con las satisfactorias ganas de no hacer nada de nada...
Y no se vaya a creer que ando deprimido y ni siquiera triste, sino que es algo así como mirar la vida pasar. Son cosas que pasan y aunque, como escribe Auden en la intervención final del narrador en el poema “For the Time Being”, se sabe que “There are bills to be paid, machines to keep in repair, / Irregular verbs to learn, the Time Being to redeem / From insignificance”, no es algo que provoque un gran apuro, sino, tal vez, tal vez, una angustia pequeña, porque, junto con esas certezas, está también la noción de que “the Soul endure / A silence that is neither for nor against her faith / That God’s Will will be done, that, in spite of her prayers, / God will cheat no one, not even the world of its triumph.”
Ya vendrá la siguiente fase de un proceso que, sin duda alguna, llegará a buen término, porque, afortunadamente, hay muchas cosas, demasiadas, acerca de las cuales escribir...
Vaya esto como una explicación, o incluso como una justificación, para el abandono en el que he tenido la escritura (en sus múltiples variantes) durante las últimas semanas. Y como dice Ulalume (González de León porque, junto con la de Poe, ¿hay alguna otra?) al final de su cuento “Suicidio”: “Prometo no volver a suicidarme”.

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