viernes, noviembre 30, 2007

tarantiniano?

Que en este ejido un camionero urbano maneje como se le dé la gana, se detenga donde el cliente o su voluntad así lo decidan, se pase los topes como si no existieran o ignore cualquier regla ya no de vialidad sino de urbanismo hacia los otros conductores (públicos o privados, por no hablar de sus pasajeros), todo esto y lo que se me olvide al respecto, no resulta nada raro.
Sin embargo: que un camionero urbano se le cierre a un conductor privado, que a la primera de cambios el conductor privado se le cierre a su vez al camionero, se suba al autobús y en medio de palabras altisonantes saque una pistola de unos 30 centímetros de longitud y que con la cacha se ponga como a batir huevo en la cara del camionero hasta dejarlo, ahora sí, como Santo Cristo, y que al final de su hazaña el hombre de la pistola diga: “y no te doy todo lo que mereces porque traes pasaje”... todo esto sí resulta raro.
Resulta raro porque ni el DF, con todo y su mala fama, ha visto uno ese tipo de situaciones.
Cierto que la conducta de los camioneros urbanos en el ejido este es de las peores que haya visto, pero no sólo son los conductores urbanos, sino que esto tiene que ver con el resto de personas involucradas con el transporte en este lugar.
Cierto que la violencia genera violencia, pero parece que ésta ha perdido límites de un tiempo a la fecha y, ahora sí, quién sabe dónde vaya a parar.
Que la gente empiece a hacerse justicia por propia mano, es indicio de que las cosas andan mal, pese a que las autoridades federales, estatales y municipales insistan en todo lo contrario.
Haber atestiguado el cuadro anterior, más que miedo, me dio impotencia...

No hay comentarios.: