miércoles, septiembre 24, 2008

¡Bah! Tú no entiendes de modas, Bécquer...

Este segmento de video es el inicio de una película que al igual que otras dos del mismo director, Carlos Enrique Taboada, está grabada en el inconsciente colectivo de varias generaciones mexicanas. Se trata de Más negro que la noche, tercera de una trilogía de películas de terror con la que varios escuincles alimentábamos nuestros miedos infantiles cuando las pasaban por la tele, sobre todo los sábados, ya fuera en la tarde o en la noche...
Entre los murmullos del fantasma diciendo “Claaaauuuudia... Claaaaaaauuuuuuudiaaaaaa” o de la anciana llamando a “Béeeeeeeeecquer... Béeeeeeeeecquer...” (no recuerdo nada parecido en El libro de piedra, pero bla bla bla... debe haber algo así como “Huuuuuuuugooooo...”; además, no la he repasado últimamente), no creo haber sido el único que, durante su infancia, luego de verlas, no quería irse a dormir con la luz apagada, porque esos gemidos rebotaban por todas y cada una de las neuronas que, todavía sin ser estrenadas, eran más abundantes que en la actualidad.
La otra noche se nos ocurrió al Zombi y a mí ponernos a verlas, pero por partes, que siempre es mejor verlas poco a poco y, justamente hace una semana, nos pusimos con Más negro que la noche, dejando Hasta el viento tiene miedo y El libro de piedra, para posteriores momentos.
Esa tarde otoñal fue de tormenta; es decir, de lluvia, relámpagos y truenos, muchos truenos... uno TAN fuerte, que incluso interrumpió la energía eléctrica, lo que nos sirvió para acomodarnos mejor en la cama e ir por sendos vasitos de Baileys y reír con frases como “¡Pinche gato!” y aquella otra que dice Susana Dosamantes (para quien no lo sepa, madre de Paulina Rubio, en la vida real), acerca de ser una mujer moderna y liberada de no sé qué... mientras, Pacho, un siamés que vive en donde ahora vivo, ronroneaba en medio de mí y del Zombi...
Ahora, gracias a la magia de youtube, se puede ver las tres películas, y supongo que otra del mismo director: Veneno para las hadas, a la que, en su momento contesté con un cuento que andará por ahí, en algún cuaderno de La Fortaleza de la Soledad...
¡Bah! Tú no entiendes de modas, Bécquer...
Pero tú sí, Mobito... wiiiiii, weeeee!!!!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ay!!! ya usé la de "mujer moderna y liberada..." en otro comentario, jo jo jo!

Claro que esa película da para muchos otros diálogos pero esos son de los "más mejores"; al menos los más memorables al momento. No olvides lo del pinchurriento gato, jejeje.

Ah! Por cierto... recuérdame traer el isnectisida, je!

Bonita noche aquella, bien ambientada y con excelente compañía diría yo; claro que el Pollo se puso celoso del gato, pero bueno, es una reacción lógica entre estos animales, no? Jejeje.