domingo, noviembre 19, 2006

Lo mismo es diferente

En Madonna, un guiño, una mirada, una sonrisa, un gemido, una frase, un movimiento, un corte de pelo, un sonido, una imagen... indefectiblemente remiten a cualquier otro tipo de discurso, incluso a ella misma. La capacidad de la salamandra de crear su enésima cola, del camaleón que cambia de color sin dejar de ser, de las infinitas formas que adopta el agua, dependiendo de su continente.
Esta característica no es privativa de la así llamada reina del pop pues, al hablar de ella, pienso en las Pet Shop Boys, que la llevan tan dentro de sí que es uno de los factores constitutivos de lo que puede ser considerado, sin lugar a dudas, como un género en sí: existe un estilo PSB que no es privativo de la música.
El “esto es esto y además es algo otro” puede ser explicado a partir de dos conceptos clave: apropiación y “plagio”. El primero, ampliamente explicado, y ejemplificado, en la legendaria Mondo 2000’s A User’s Guide To The New Edge consistiría en la capacidad de tomar elementos de “n” número de discursos e integrarlos coherentemente a uno solo. Así, cuando Batman y The Joker pelean en la torre de la catedral de Gotham City, remitirían a la discusión entre Deckard y Roy Batty de Blade Runner, que a su vez estaría lanzando un guiño a la lucha entre Freder y Rotwang de Metrópolis. Por supuesto, no resulta imprescindible conocer cualquiera de los otros referentes, toda vez que el discurso de cada una de las películas señaladas se sostiene por sí misma.
Por su parte, por “plagio” habrá de entenderse, en este contexto, no “copiar obras ajenas presentándolas como propias”, y sí “digerir” algo ante lo cual se experimenta una cercanía intelectual, afectiva, ideológica... que el otro cuerpo se haya convertido en parte del cuerpo propio, incluso de manera inconsciente. Pensemos, en este caso, en el video “Material Girl”, de Madonna, y toda la serie de referentes lanzados hacia Marylin Monroe. Pensemos, también, en el diálogo establecido entre La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, y Entre tinieblas, de Pedro Almodóvar.
Así, apropiación, plagio o, dicho con una sola palabra, intertextualidad, sería la característica principal de toda una serie de discursos, no sólo contemporáneos, sino incluso de varios pertenecientes al canon: Garcilaso, Góngora y Sor Juana, para dar sólo tres ejemplos. Bien lo dijo Umberto Eco: "la modernidad comienza con Homero (el de la Ilíada y la Odisea, no Homero Simpson)" o también bien lo escribió Ulalume González de León: “Todo ha sido ya dicho. Todo es plagio”.
Sin embargo, lo mismo es diferente: el sujeto, el aquí y el ahora se encargarían de proporcionarle a su obra una característica distintiva a partir de la cual, paradójicamente, se incrustaría dentro de una tradición determinada.
Sirva todo lo anterior como preámbulo para escribir unas notas acerca de Fangoria y El extraño viaje, su disco más reciente que, en mi opinión, lo único que tiene de extraño es que se trata de un disco bastante bien logrado, que ya es decir...

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