martes, marzo 06, 2007

Fragmentos de algunas conversaciones magnetofónicas entre á+ y NT. 1.- Escritura en el ciberespacio

Durante algunos días del mes de febrero se sostuvieron estas conversaciones que, luego de necesarios procesos de edición, se irán incluyendo en este espacio. Enjoy your reading...
A diferencia de los otros dos proyectos electrónicos, para este güeblog no me puse ninguna meta específica ni ninguna fecha de término.
El Diario de Brown fue, como lo dije desde un principio, un mail colectivo, por entregas, del inicio de mi estancia en Providence y ahí se cuenta desde que ando despidiéndome de mis amistades del DF, Xalapa, Puebla y San Luis, o sea, desde julio-agosto de 2002, hasta, creo, el viaje a España y a París, en diciembre de ese año y enero de 2003. No recuerdo bien, la verdad. Como mail colectivo, era un tanto más íntimo y era más bien un ejercicio para redactar directamente en la computadora, que todos mis trabajos del Colmex, todos, los escribía primero a mano y ya luego los pasaba. No me podía acostumbrar a escribir de manera directa en la pc. Ya cuando se logró eso y cuando había un estilo muy definido (que se ve cuando hablo de mi primer viaje a Nueva York), ya estaba aburrido del ejercicio y lo dejé. Lo que sale después, que si dos personas cuya opinión tengo en mucha estima (José Luis M. Suárez y Antonio Cajero) hayan encontrado que El Diario de Brown tiene características literarias, eso ya es otra cosa y fue lo que me animó a imprimir unas copias y entregarlas a algunas amistades. Pero no era ésa la intención inicial.
El otro proyecto electrónico fue el Blurty, mi primer güeblog, que hice para matar el aburrimiento y combatir la depresión, mis dos compañías más habituales, que fue volver a San Luis, luego de cinco años de estar fuera. Tiene mucho de terapia ocupacional y de confesión pública. Ya lo he dicho muchas veces: mi vida es un vodevil. Ese güeblog lo saqué, también, porque en Brown me volví fan del Diario de Nacho Canut y porque Santi Rex tenía su propio güeblog y me dije que yo debía sacar uno que, como el de Nacho, duraría un año y tan tan. Ya luego del año, me dije que era suficiente, e incluso llegué a pensar que ya no haría nada más. El servidor de ese güeblog no era de lo mejor que haya visto, pero luego, por ese tiempo Ismael sacó su diario aquél de frases escuchadas en distintos lados y que lo ilustraba con fotos y tal, casi lo mismo que hace Pollo (desde San Luis), pensé que se le podía sacar provecho y nada más.
Luego se dio el cambio a Toluca y como tengo algo de tiempo libre y no dejan de salir ideas que si de un textillo o de alguna foto, pensé otra vez en un güeblog. De hecho, había otra idea, para desarrollar con Arturo, quien me dijo que él no escribiría nada, pero que me autorizaba a que pusiera lo que me viniera en gana. Incluso, en nuestra última conversación telefónica, algo hablamos de eso y quedamos de concretar un esquema cuando nos viéramos, pero como eso ya nunca pasó, luego de su muerte me puse mal y cuando decidí que era suficiente de estarme sintiendo mal, pensé en lo del güeblog y lo saqué por lo que explico en la primera entrada. Me ha sido muy útil y permite canalizar todo eso que luego me da vueltas en la cabeza, al tiempo que da lugar a otro tipo de actividades (curiosamente, por ejemplo, la tesis avanza más rápida y ordenadamente que en meses anteriores), que son como una bola de nieve y sí, es como más literario, pero también como más periodístico y amplio, porque con eso de que se pueden poner fotos, lo de las fotos me lleva a los dibujos que de vez en cuando garrapateo y que un día de estos subiré para ver qué pasa... y no, no tengo idea de cuándo pueda terminar ni qué más pueda seguir saliendo de todo esto... he estado pensando en solicitar colaboraciones a mis amistades, porque, hasta eso, me junto con gente creativa y diligente...

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