lunes, agosto 11, 2008

De "Sólo el humo permanece"

“Juguemos...
En este tapiz, continuamente tejido y destejido... en esta trama que es la vida, es necesaria la presencia de infinidad de hilos con diversos colores, tonos y texturas. Cada hilo, por separado, necesita matizarse con el color del tiempo, el tono de las otras personas, la textura de la otra persona.
Juguemos...
Como en los ya lejanos días de la infancia. Podríamos jugar a los hilitos de oro o, sencillamente, podríamos jugar a los hilitos de algo constituido por el tiempo, el humor, el amor y la paciencia... la convivencia y la conciencia de que estarás conmigo, tenue hilo de plata...
Juguemos...
Tú serías un hilo. Yo podría ser otro hilo. Entre tú y yo podríamos hacer un tapiz-nosotros. Tal vez ese tapiz podría ser digno de llevarse al concurso que es la vida y allí, ¿sabes?, no habría perdedores. Nosotros seríamos los únicos, felices, absolutos y eternos ganadores.
Juguemos..."
Y un súbito silencio cayó sobre nosotros, azorándonos...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tejer como teje la araña. Aprovechando el espacio al máximo, con inteligencia y astucia.
Ser como la araña de jardín o ser como la viuda negra. La araña rinconera o la rastrera. Sus hilitos son delicados y seguros.

Unknown dijo...

No termina de cuajar.
Con tus palabras: "el tono no es el más adecuado"; habrá que comentarlo con (c)alma.
Un martini más