miércoles, agosto 13, 2008

El diario de Coudette

Para la Reina Adriana, Primera y Única...
Ella sabe por qué...
Nada, que me encuentro confusa para empezar este weblog como yo hubiera querido. Hace tiempo que mis amigos, los editores de esto, me habían invitado a que dictara, escribiera, escaneara, etc, mi diario acontecer, pero eso de las fiestas decembrinas (que para alguien como yo abarcan todo el mes y se extienden durante todo enero) me lo había impedido. Y yo ya estaba dispuesta a ponerme manos a la obra, justo el día de hoy, pero hoy, Maripili, mi asistenta, me despertó con una infausta noticia. Es decir, tuvo el mal gusto de ni siquiera esperar a que me desayunara y luego de correr las cortinas, me dice: “¿Qué crees? Que acaban de llamar para avisarte que falleció tu amiga Coudette, la pobrecita” Para ser sincera, no supe cómo tomar ese “pobrecita” con el que Maripili se refirió a Coudette porque, diga lo que diga, yo sé que no le caía nada bien y que sólo la trataba porque era una de mis mejores amigas... o una de mis amigas, simplemente, porque al lado de la difunta, nada podía ser bueno y ni siquiera mejor. Claro que, ahora, como ya murió, se va a convertir en algo así como una virgen de las misiones, que bien que me lo decía Leticia, mi nana chiapaneca, quien algunas veces tenía momentos de sabiduría (popular, pero sabiduría, a fin de cuentas)... ah, sí, que me decía la Leticia: “¿Quieres conocer tus defectos? ¡Cásate! ¿Quieres conocer tus virtudes? ¡Muérete!” Y como tengo otras cosas más interesantes en qué ocuparme como para pensar en casarme o en morirme, ni caso le hice a la enana chiapaneca, solamente anoté su frase para compararla luego con el Diccionario de mexicanismos y comprobar, para fortuna de ella, que sí, que la frase venía ahí.
Bien, pero no iba a hablar de Leticia, mi ingrata nana chiapaneca, sino de la muerte de mi amiga Coudette, quien falleció intoxicada. Venir a ver. Morir intoxicada... y no se vaya a pensar que murió intoxicada con monóxido o bióxido de carbono, o con gas butano... No, señor, murió intoxicada por usar cosméticos caducados y, lo que es peor, corrientes, de esos que venden afuera de los mercados, en ese tipo de puestecitos que se han reproducido como hongos en temporada de lluvias y a los que, aquí entre nos, Coudette era muy afecta, porque muy fina, muy fina, pero a la hora de la hora, sacaba el cobre y se compraba ya no solamente cosméticos o accesorios, sino que llegaba al extremo, al horrorizante extremo... ¡¡¡de comprar ropa!!! Incluso ropa interior compraba Coudette en esos puestecitos.
Y ahí estoy yo, de alma caritativa: “Coudette, no seas tacaña y gasta tu dinero en cosas buenas. Mira que eso de andar comprando hasta los cosméticos en esos lugares... Ni la Maripili hace eso... No te va a llevar a nada bueno.” Ah, pero Coudette era un hueso duro de roer, sobre todo si de dinero se trataba... “No soy tacaña, soy administrada, que es muy diferente. Claro, como tú tienes tus tres tiempos completos en universidades del primer mundo, además de la herencia de tu padre, la de tu abuela y la pensión que te dejó el inútil de tu ex-marido...” Y eso sí hacía que me hirviera la sangre, porque le podía soportar todo, menos que se metiera con mi ex-marido, el pobre lento de Armandito, que no pudo haber cometido mayor pecado que ponerle a Coudette los puntos sobre las íes cuando descubrió lo que era un secreto a voces: que Coudette era una zorrona de cola esponjada y que le ponía el cuerno con un arquitecto, con un escritorzuelo y con un traficante de arte, además de tener sus frees... Claro que cuando Armandito vio el alacrán que traía encima, se sumió en el pozo de la depresión y yo, que soy algo así como un prozac natural, lo ayudé a salir del pozo ése y para que luego no se diga, me casé con él, en un matrimonio que duró una semana, tiempo suficiente para que Armandito se diera cuenta de que yo era mucha mujer para él y que no podría sostenerme el tren de vida al que estoy acostumbrada. La verdad, eso del matrimonio fue más por fastidiar a Coudette que por ayudar a Armando. Él, que es tan lento como generoso, me gratificó con una pensión que si bien no es mucho, sirve para pagarle su salario a la Maripili y poner una parte en una cuenta que le daré como indemnización cuando ya no pueda trabajar conmigo.
Total, que con esto que acabo de contar, tenemos para darnos una idea de lo que era Coudette... pero así y todo yo la quería mucho, la quise mucho, tanto como para asesorarla con su vestuario, que era prácticamente el mismo, porque una vez que le dijeron que se veía fabulosa, lo que hizo fue comprarse, en el baratillo, dónde más, distintos colores de la misma blusa, copia bastante austera de una blusita Louis Vuitton que yo misma le regalé, que combinaba lo mismo con jeans que con pantalones de corte sastre que le cosía la señora que también le preparaba de comer y le hacía el aseo del departamento donde vivía y a quien voy a ir a ver en cuanto tenga oportunidad, porque esa señora, además de darme algunos datos acerca de Coudette, es la única, además de mí, que seguramente la echará de menos.
Así que gracias a Coudette y su tacañería, se ve afectada la manera como querría yo haber comenzado este weblog, pero como ya había quedado con los editores que hoy comenzábamos, mi palabra está sobre cualquier otra cosa. Además, ahora debo hacer los preparativos necesarios para ir al velorio de Coudette, supongo que debido a las relaciones sociales de sus hermanas, estará bastante concurrido. Pero bien que me conozco a las amistades de su familia. Lo más seguro es que irán con el morbo de ver si la cara le quedó desfigurada por lo de los cosméticos, o todavía más, por ver si la sepultan maquillada o sin maquillar, que ése era un gran enigma, pues ni yo, que fui su gran amiga, la vi jamás de los jamases sin gota de maquillaje... ¿Tendría algo que ocultar Coudette? No lo sé y creo que ni me interesa... por ahora. Ahora, lo que quiero saber, es a quién le dejó el dinero que tenía, que debió haber sido mucho, tomando en cuenta lo “administrada” que fue.
p.s.: tiempo atrás, en el blurty, ya había publicado esto; hace días, buscando otros archivos, me topé con éste... por ahí andan otros que subiré luego

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