domingo, agosto 17, 2008

estoy esperando la tarde y la lluvia en un reloj...

“[...] Tendríamos que invitarlo...Recuerda que todo el rollo con Aurora, en La bella durmiente del bosque, salió porque no invitaron al Hada Maléfica al bautizo de la princesa, que porque se les había olvidado... ‘Anden, cabrones’, fue lo que dijo Maléfica cuando se enteró. ‘Hijos de la chingada... claro, como no ando de lambiscona como Flora, Fauna y Primavera...’”, te dije.
“álvaro, no creo que la historia original haya sido como la estás contando”, me interrumpiste... y te concedí la razón, pero también te aclaré que estaba haciendo una versión contemporánea... “Entonces hazla bien.”. Ah, suscitador... Sabes cómo alborotar la gallera...
“Pues, sí, que llega Maléfica al bautizo de Aurora y de inmediato vociferó: ‘A ver, cabrones, por qué no me invitaron?’ Y los reyes, con cara de angustia y mirada de Remi: ‘Ay, Maléfica, pero si sí te invitamos... igual y se perdió el mail’, dijo el Rey. ‘Sí, igual y se perdió en el limbo del ciberespacio’, acotó la Reina. ‘A mí mis timbres, desgraciados. No me quieran hacer pendeja, que no soy su burla ni su carcajada. No me invitaron y punto. Alguien por ahí me forwardeó el mail y NO está mi dirección. Cabrones, pero, tan sólo por eso, la escuincla les ha de salir anoréxica y cuando cumpla quince años, la tarde misma de su cumpleaños, se va a picar el dedo con el huso de la rueca/’”.
“álvaro, me interrumpiste, en la actualidad ya no hay ruecas, recuerda que estás actualizando el relato”.
“Ahá, claro, contesté. ¿Y qué vamos a hacer en ese caso? ¿Qué se podría pensar? Ah, sí, ya sé: como en Valeria y Maximiliano, como le pasa a Rosita Arenas, la mamá de Leticia Calderón en la novela, Aurora se pica con una aguja infectada. Entonces entra alguna de las hadas ñoñas y dice que ella preparará el antídoto para el mal de Aurora, que no en balde es hada, aunque ya sea madre (ella, no la princesa) para ese entonces y colorín colorado, etc etc... ¿Te parece bien la versión?”
La verdad, ya no recuerdo si contestaste o no, pero de una cosa estoy seguro: pienso llevar puesto el beso de esa tarde hasta el día de mi muerte...
Y justo ahora suena el “Short Double Latte” que tuviste a bien escuchar en el áipod, luego de mi relato. Sincronicidad junguiana, ni más ni menos...

2 comentarios:

Unknown dijo...

¿Corcobado?
¿Y ahora qué pasa?

honey dijo...

sak ?